MAX HERNÁNDEZ. En víspera de celebrar seis años de su creación, secretario técnico reitera el papel de esta entidad como promotor de consensos y diálogo, al margen de diferencias políticas.
¿Por qué el Acuerdo Nacional solo se reunió dos veces este año?
Este año tuvimos tres reuniones del foro, pero hemos tenido –a diferencia de otros años– dos reuniones semanales de cuatro grupos de trabajo permanente, sobre democracia y estado de derecho; equidad y justicia social; competitividad del país y Estado eficiente y descentralizado. Parte de la labor del AN es el seguimiento a políticas de Estado, no el seguimiento al gobierno. Y tratamos de que participen todas las instituciones, con sentido autocrítico. En enero tuvimos el foro de Cajamarca para explorar el tema de inversiones y responsabilidad social, y un tema fundamental: la reducción de la pobreza.
Esa cita trató, además, el rol del Estado para prevenir conflictos. ¿Por qué no tuvo eco?
Es importante intentar la claridad en los objetivos de instituciones. El Acuerdo no es un espacio de solución de conflictos, sino de construcción de consensos. Creemos que si logramos construir consensos asumidos y aceptados, la posibilidad de conflictos será menor.
Los gobiernos regionales piden que el Acuerdo tenga un papel más activo en los conflictos.
El pedido es importante y lo acogemos. También sentimos que tendría que haber más coordinación y vinculación entre los tres niveles de gobierno: nacional, regional y local. El Acuerdo puede ser el espacio que permita ese diálogo, sin inmiscuirnos en las tareas de poderes elegidos democráticamente. Este Foro es un espacio de acumulación de capital democrático, que privilegia la palabra sobre la acción violenta.
¿La Sétima Política sobre Erradicación de Violencia se ha vuelto la más difícil de lograr?
Vivimos una sociedad post conflicto. Hay crispación permanente, y entenderlo demanda estudiar dimensiones del conflicto. Entonces, parte del Acuerdo es cómo obtenemos visión del país, no que las regiones vean la región como si fuera el país.
¿Es posible que la Presidencia del Consejo de Ministros trabaje con alcaldes y jefes de región en la lucha contra la pobreza?
Ha habido una propuesta para configurar una comisión. Lo más importante es reflexionar. Nadie puede negar el crecimiento del país, es evidente y lo vemos en capitales de región, pero no se acompaña de sensación de bienestar. ¿Cómo plantear que la inversión es necesaria y exige mayor comunicación y permita empleo, acceso a tecnología? Todo esto demanda esfuerzo por comprender al país.
¿Las diferencias políticas dificultan esta tarea?
No, porque las diferencias políticas e ideológicas existirán siempre…
Pero hoy están exacerbadas.
En este momento hay sensación mayor de crispación. Pero el AN pretende ser un espacio en el que nos podamos escuchar , al margen de las posiciones políticas.
¿Eso no lo entendieron la CGTP y el Partido Nacionalista al faltar a la última reunión?
La CGTP envió sus excusas a la última sesión, la del viernes 4. En cuanto al Partido Nacionalista, están invitados al foro del Acuerdo y no la han rechazado.
¿No siente desaire de este partido como principal fuerza de oposición?
No lo siento así, porque están evaluando el tema y responderán en su momento. Entiendo que mucha gente lo sienta así porque creemos que el Foro es un intento real de buscar espacios de acumulación de capital democrático.
¿Qué respondería a quienes dicen que el Acuerdo Nacional no funciona?
Quisiera que fuese mucho más operativo, pero el AN necesita vinculaciones con el Congreso porque muchas de sus políticas esperan ser transformadas en leyes. Por otro lado, sin el gobierno es imposible llevar adelante políticas de Estado. Pero el Foro no es parte del gobierno. Entonces, a veces se le exige al Acuerdo tareas imposibles. No se entiende que intentamos dialogar, buscar consenso. Eso a muchos les parece una tarea sin resultados.
‘‘Parte de nuestra tarea es continuar subsistiendo’’
¿El Centro de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) no duplica funciones del Acuerdo?
Para nada. El CEPLAN plantea una institución capaz de abordar grandes temas de política económica y desarrollo, con altísimo sentido técnico. El Acuerdo Nacional puede escuchar esas propuestas y ver cómo llevarlas, pero es errado proponer que un planeamiento estratégico pueda hacerse privilegiando el consenso político sobre el sentido que los expertos proponen.
¿Está conforme con el trabajo de su institución?
Yo no creo que el Acuerdo ha sido la divina pomada, pero sí un extraordinario momento en que el país decidió ponerse de acuerdo. Vamos a cumplir el sexto aniversario y lo celebraremos trabajando. Parte de la tarea del AN ha sido continuar subsistiendo como espacio de vigencia del estado de derecho.
Usted fue dirigente de la FEP. ¿Muchos reclamos de gremios y sindicatos son justos?
Hay cosas que la democracia tiene que aceptar. Creo en el derecho a huelga y creo que la violencia no debe vincularse a este derecho. Pero siempre creeré en la democracia y que la ley implica límites para quien gobierna y es gobernado.
Fuente: La República
Fecha: Miércoles 9 de Julio de 2008